La mala circulación sanguínea es un problema muy común que puede afectar a cualquier persona, independientemente de su edad. Este trastorno aparece primero en las extremidades (manos y pies fríos) pero afecta a la circulación sanguínea en su conjunto. Aquí hay algunos consejos para solucionarlo.
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¿Cuáles son los factores que favorecen la mala circulación sanguínea?
Muchos factores contribuyen a la mala
circulación sanguínea y los más comunes son el debilitamiento de los vasos
sanguíneos, estar demasiado tiempo sentado… Al principio, este trastorno no
suele tomarse en serio… Pero es una señal de advertencia de que es necesario
hacer algunos cambios en el estilo de vida.
¿Cómo prevenir y promover una mejor circulación sanguínea?
En primer lugar, para mejorar la
circulación sanguínea, ¡tienes que moverte! La actividad física es el mejor
tratamiento para aliviar la pesadez de piernas y tratar los trastornos
circulatorios. Pero si no tienes el tiempo (ni la motivación) suficiente para
dedicarte a una actividad deportiva, aquí tienes algunos consejos para aplicar
a diario.
1. Bebe agua
Beber agua es un gesto de salud esencial
que ayuda a mantener un cuerpo saludable. El agua hidrata el cuerpo y favorece
la irrigación de los tejidos. Estimula la digestión y permite un mejor
"paso" de nutrientes hacia las células. ¡Finalmente, el agua te
permite E-LI-MI-NER las toxinas malas! De media, se recomienda beber al menos
1,5 L de agua al día. Sin embargo, tus necesidades de agua pueden aumentar en
función de tu gasto energético (deporte, calor, etc.).
2. Pimienta de cayena
La pimienta de cayena contiene capsaicina,
un componente químico que favorece la circulación sanguínea por todo el cuerpo
y estimula los órganos. Numerosos estudios científicos han demostrado la
eficacia de la capsaicina para aliviar los trastornos circulatorios.
Proporciona un alivio casi instantáneo de los síntomas asociados con los
trastornos de la circulación sanguínea, que incluyen dolor inflamatorio,
dolores de cabeza, pies y manos fríos y sensaciones de hormigueo que se pueden
sentir en las piernas.
* Consejo:
Mezcle media cucharadita de pimienta de
cayena en polvo con 2 cucharadas de vinagre de sidra y 1 cucharada de melaza.
Mezcla todos los ingredientes en una taza de agua y bebe esta mezcla dos veces
al día.
Las mujeres embarazadas o lactantes no deben
consumir pimienta de cayena.
3. Ginkgo Biloba
El gingko biloba es una planta medicinal de
uso común en la fitoterapia por sus beneficios venotónicos, vasodilatadores y
neuroprotectores que favorecen la buena circulación sanguínea. Se puede
consumir en forma de cápsulas o tabletas.
4. Castaño de Indias
El castaño de indias es ampliamente
conocido por aliviar la insuficiencia venosa y mejorar la circulación sanguínea
en el cuerpo. Contiene escina, un componente activo que no solo alivia la inflamación,
sino que también fortalece la pared capilar.
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5. jengibre
Esta planta muy utilizada en la cocina
tiene increíbles beneficios para la salud. De hecho, el jengibre alivia la
inflamación y sobre todo estimula la circulación sanguínea gracias a los
compuestos activos que contiene. Contiene gingeroles (poderosos antiinflamatorios)
que tendrán el efecto de calentar el cuerpo y por lo tanto mejorar la
circulación sanguínea. El jengibre contiene cromo, magnesio y zinc que mejoran
el retorno venoso, especialmente en las extremidades (manos y pies). Además, el
consumo regular de jengibre previene la formación de coágulos de sangre en el
organismo, lo que reduce el riesgo de enfermedades cardiovasculares.
El jengibre no se recomienda para mujeres
embarazadas, hipertensas, diabéticas y personas débiles (bajo peso).
6. Aceites esenciales de jengibre, canela y romero
Los beneficios para la salud de estos
aceites esenciales se explican por el hecho de que promueven la dilatación de
los capilares, lo que aumenta el flujo de sangre a la superficie de la piel.
Estos aceites tendrán un efecto termo génico en el cuerpo (microcirculación
estimulada). Lea atentamente las instrucciones antes de usar un aceite esencial
y/o busque el consejo de un naturópata.
7. Aceite de pescado
Este aceite es especialmente eficaz para
eliminar los depósitos de grasa de las paredes de las arterias, lo que mejorará
la circulación sanguínea. Además, el aceite de pescado aumentará el nivel de
colesterol HDL en el cuerpo (considerado un colesterol bueno). Puedes consumir
aceite de pescado de dos formas: ya sea a través de la preparación de tus
comidas habituales (una vez a la semana), o tomando suplementos dietéticos.
8. Ajo
La lista de beneficios del ajo para la
salud es interminable... Aparte de sus cualidades antimicrobianas y anti
infecciosas, el ajo mejora la circulación sanguínea, reduce la presión arterial
y previene la acumulación de plaquetas en la sangre, así como la formación de
placa en el cuerpo, las arterias, que reduce el riesgo de aterosclerosis. Según
un estudio de 2006, el ajo es muy beneficioso para mantener la salud
cardiovascular.
Los beneficios de elegir un anticoagulante natural
Nunca debe olvidar lo importante que es una
buena circulación sanguínea para la salud. De hecho, es la sangre la que lleva
oxígeno y diferentes nutrientes a los diferentes órganos del cuerpo. Sin
embargo, esto puede encontrar diferentes problemas, como trombosis, que son
particularmente peligrosos.
Cuando esto sucede, existen medicamentos
para tratarlas. Sin embargo, los productos químicos pueden tener efectos
adversos para la salud o causar adicción. Es por ello que es preferible apostar
por alimentos anticoagulantes o productos naturales si todavía es posible.
Apostando por una dieta natural, puedes
estar seguro de que no te arriesgas a ninguna adicción. Además, aunque todavía
no tengas un problema con tu circulación sanguínea, se recomienda evitar todos
los hábitos que corren el riesgo de tener consecuencias en tu sistema
circulatorio.
Así que recuerda comer adecuadamente. Como
ya hemos mencionado, también debes realizar actividad física regular para
evitar que tu sangre se estanque. Por lo tanto, un estilo de vida saludable es
esencial para tener una buena circulación sanguínea. De cualquier manera, es
mejor prevenir que curar.
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